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miércoles, 23 de febrero de 2011

Juntar las manos al rezar

Aunque la Biblia no da explicación alguna a esta costumbre, todo el mundo cristiano reza con las palmas de las manos en contacto. Esta costumbre empezó a popularizarse a partir del S. IX. Antiguamente, para rezar se alzaban las manos al cielo y con el paso del tiempo han ido cerrándose y acercándose al corazón.

Una de las teorías para explicar esta evolución se basa en que juntar las manos es muestra de sumisión y servidumbre. A los prisioneros se las ataba las manos para que mostraran obediencia ante el captor. Juntar las manos para realizar la oración podría significar que se muestra sumisión y servidumbre ante Dios.
Otras teorías apuntan a que esta costumbre se remonta a la época de los romanos, cuando un enemigo podía salvar su vida si se arodillaba con las manos pegadas en el pecho, cosa que era un símbolo de su sumisión y de que no era portador de ningún arma. Este gesto también se usó en la Edad Media con el mismo fin. Lo usaban los vasallos para dirigirse a sus señores mostrando sumisión.


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