
Este personaje al que el oráculo le vaticinó que moriría aplastado tras el derrumbamiento de una casa, sufrió una muerte mucho más curiosa. Esquilo fue muy importante en su época y participo en diversas batallas contra los persas, coma la de Maratón, la de Salamina y posiblemente la de Platea, aunque su experiencia en combate no lo libro de sufrir una de las muertes más ridículas de la historia.
Al parecer, el dramaturgo griego murió golpeado por una gran tortuga que dejó caer desde el aire un águila. La rapaz, intentando romper el caparazón de la tortuga para devorar la carne de su interior, debió de confundir la calva del sabio con una roca. El impacto fue tan fuerte que Esquilo cayó al suelo abatido por el golpe. Esto ocurrió en Gela, 456 a.C.
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